La dieta mediterranea se desarrolló en la pobreza y la escasez de alimentos, pero sin embargo, es la más sabrosa y rica del mundo. En los paises mediterraneos se come bien, mucho mejor que en otras culturas, y no es caro. Te enseñamos las saludables ventajas de seguir una equilibrada dieta mediterranea.

Los paises mediterraneos tienen una esperanza de vida más alta, y es que los paises bañados por el mar Mediterraneo se engloban dentro de los que mantienen una dieta mediterranea; gran variedad de frutas y verduras, pescado y de aceite de oliva, considerados ademas como habitantes que mueren menos de infarto y otros graves problemas cardiovasculares.

Fueron Ancel y Margaret Keys durante los años 50, quienes bautizaron esta manera de alimentarse como Dieta Mediterranea. A partir de ese momento el concepto de dieta mediterránea fue despertando cada vez un mayor interés y se quiso determinar qué pueblos la seguían para definir los alimentos que la componían exactamente, dónde establecer la limitación pues paises como Portugal la siguen y no está bañado por el mar Mediterráneo, y si la dieta mediterránea es totalmente autóctona, pues la pasta es originaria de China, las patatas, el maíz, el tomate, los pimientos, o el chocolate son originarios de América. A partir de su estudio, se llegó al acuerdo de definir el concepto de Dieta Mediterranea bajo parámetros nutricionales y no geográficos que son comunes en parte de Europa, Albania y Turquia. Estas pautas son:

1. Alto consumo de hidratos de carbono complejos, fibras y sustancias antioxidantes; cerales y derivados, legumbres, verduras y frutas

2. La mitad o más de la grasa total que se toma diariamente está formada en su mayoría por ácidos grasos monoinsaturados; es decir, hay un alto consumo de su principal fuente, e aceite de oliva, sin que falte la presencia inestimable de ácidos grasos poliinsaturados, procedentes del pescado azul y de los frutos secos.

3. Bajo consumo de ácidos grasos saturados (principalmente en grasas de origen animal), sobre todo en lo que respecta a las carnes rojas y derivados como la mantequilla.

4. Dieta baja en proteínas de origen animal, con un consumo muy moderado de carne, entre la qu prevalecen las llamadas blancas, menos grasas y más ligeras.

5. No se toman muchos lácteos, y si se hace es más en sus variedades de queso y yogur. A pesar de esto, o aparece tradicionalmente una incidencia especialmente significativa de osteoporosis. Los expertos apuntan que ello se debe a que hay otras fuentes de calcio (pescados pequeños que se comen con espinas, frutos secos) y a la vitamina D proveniente del sol y que ayuda a fijar el calcio en los huesos.

6. Consumo moderado de vino en las comidas

7. uso profundo de hierbas aromáticas para dar sabor a los platos.

Bajo estas pautas se incluyen platos culturamente diversos, incluso dentro de las mismas fronteras. Por ejemplo, con los garbanzos se realiza el tradicional hummus turco, pero también el potaje de vigilia castellano en España.

Pero si hay algo que destaca a la Dieta mediterranea es que se disfruta comiendo, y los neurólogos saben que el placer añade un plus de salud a una dieta saludable. Esto de lo que hablamos puede denominarse 'otros ingredientes de la dieta mediteranea' y son; platos sabrosos al paladar y atractivos a la vista, elaborados con cariño y sin prisas; la comida compartida con familiares y amigos; tiempo para comer y disfrutar de la dieta en cada bocado de forma relajada, y la tradicional siesta.

Si sigues la dieta mediterranea mantendrás los niveles óptimos de colesterol, previniendo la aparición y desarrollo de complicaciones de arteriosclerosis; estarás más protegido frente al cáncer; mantendrás mejor tu peso ideal sin necesidad de estar continuamente poniéndote a dieta; podrás prevenir el riesgo de aparición de la osteoporosis y limitar los síntomas menopáusicos; en tu organismo las señales del envejecimiento serán menos evidentes y ello se reflejará también en tu aspecto físico; vivirás más años.