Una sabrosa y sana manera de refrescarte es usar tu licuadora, y si no tienes una más vale que te compres una y empieces a disfrutar de batidos de fruta, yogur, leche, verdura,.. y hielo! Para el desayuno, merienda o como postre, añade vitaminas y minerales a tu dieta con Smoothie.

- Smoothie con mango; 1 taza de mango, 1/2 de leche desnatada, 1/4 de hielo, 1/4 de yogur desnatado y una cucharada de miel. Tiene 344 calorías, 4 g de grasa, 9 g de proteínas, 75 g de hidratos, 5 g de fibra, 1 mg de hierro y 284 g de calcio.

- Smoothie con uvas verdes; 1 taza de uvas verdes apirenas (sin pepitas), 1 taza de brotes de espinacas, 1/2 de hielo y 1/4 de leche de coco. Este Smothie contiene 232 calorias, 12 g de grasa, 3 g de proteínas, 33 g de hidratos, 43 g de calcio y vitamina B6

- Smoothie con frambuesas; 3/4 taza de leche desnatada, 3/4 frambuesas congeladas, 1 cucharada de almendras (o nueces) picadas y otra de miel. Te aporta 355 calorías, 14 g de grasa, 146 mg de sodio, 10 g de proteinas, 53 g de hidratos, 7 g de fibra, 1 mg de hierro, 274 mg de calcio y vitamina E.

- Smoothie de piña y zanahoria; 3/4 de taza de piña fresca, 1/2 de hielo, 1/3 de zumo de naranja, 1/4 de zanahorias y 1/2 plátano. Se le conoce como ''quemagrasas'', contiene 159 calorías, 1 g de grasa, 2 g de proteínas, 40 g de fibra y vitaminas C y A.

- Smoothie de manzana y col; 3/4 de taza de col picada, 1 rama de apio pequeña, 1/2 taza de zumo de manzana, 1 cucharada de zumo de limón, 1/2 de hielo y 1/2 plátano. Contiene 139 calorías, 3 g de proteínas, 35 g de hidratos, 79 mg de calcio y vitaminas A, E y C.

- Smoothie de calabaza; 1 taza de hielo, 1/2 de leche entera, 1/3 de puré de calabaza, 1 cucharada de miel y nuez moscada. Este smoothie es el más antioxidante de todos, contiene 165 calorías, 4 g de grasa, 5 g de proteínas, 29 g de hidratos de carbono, 26 g de azúcar, 3 g de fibra, 1 mg de hierro, 153 mg de calcio y vitaminas A, B y C.

Para 4 personas y días en los que sientas que la rutina culinaria aflora tus platos te recomendamos esta fantástica ensalada de brotes verdes. Puedes encontrar los brotes ya preparados en bolsitas del supermercado o tiendas de herbodietética, pero también puedes proporcionarte tus propios brotes verdes poniendo a germinar soja verde, lentejas, guisantes, etc.

Ingredientes: 2 cebollas rojas, un pimiento verde mediano, un pimiento rojo pequeño, un pimiento amarillo pequeño, 1 aguacate, 3 tomates medianos, 3 limas, cilantro fresco o perejil (o las dos hierbas), 50 g de pistachos verdes sin sal, 50 g de almendras, bandeja de brotes verdes, sal fina y aceite de oliva virgen.

Ensalada de brotes verdes: Cortar en juliana todas las verduras y colocar en un bol. Se añade sal, la ralladura de una de las limas y el zumo de las tres, el cilantro picado. Mezclar y dejar reposar en la nevera para que esté fresquita.

Mientras se pican los pistachos y las almendras y se mezclan.

Para servir se pone la base de la ensalada en un plato se espolvorean los frutos secos y se colocan los brotes encima, regando con aceite de oliva al gusto.

El camino del yoga no es sólo la práctica de una vida equilibrada inmersa en meditación, posturas correctas, ejercicios de flexibilización , ejercicios mentales y respiratorios, el dominio de la mente, sino que además rige una alimentación adecuada. La alimentación del yoguista se basa en el axioma 'somos lo que comemos', ya que esto nos permite entender por qué estamos como estamos, por qué actuamos cómo actuamos, etc.

Partiendo del entendimiento de que la alimentación es el mejor fármaco de que disponemos, no nos será complicado comprender que el manejo de la alimentación influirá directamente en nuestro estado anímico, físico y de salud.

La dieta Yoga se fundamenta en una nutrición eficiente, es decir, a la hora de elegir los alimentos por costumbre escogemos según tamaño y presentación de los mismos, de tal manera que los agricultores producen aquellas variedades que a la vez se adaptan mejor a sus suelos y sistemas de explotación, son atractivos a la vista. Sin embargo, todo esto corresponde con un modelo industrial de producción poco saludable.

La alimentación del yoguista debe ser evaluada según la ingesta de alimentos vitales, ricos en nutrientes naturales y en la ausencia de toxicidad. Es por ello, que generalmente los que practican la dieta Yoga consumen alimentos ecológicos o procedentes de huertas propias.

Para la elección del alimento escogeremos la alimentación biológica, casera y artesanal sustituyendo aquellos alimentos procesados por la cocina casera con productos de cultivos naturales a los que no se les hayan añadido sustancias químicas. A la vez reduciremos el consumo de alimentos procedentes de animales, con el objeto de equilibrar la grasa vegetal ingerida con la cantidad de grasa animal, debiendo ser la primera superior a la segunda.

En el consumo de carne de animales y sus productos, debemos tener en cuenta que muchos yoguistas consideran que el aparato digestivo del ser humano no está preparado realmente para el consumo de carne. Sin entrar en polémicas vegetarianas, y con el objeto de respetar toda ideología tan sólo recomendaremos la reducción de este tipo de alimentos, y a ser posible de animales que hayan sido criados bajo las condiciones ecológicas de manejo, alimentación y bienestar animal.

Evita los alimentos refinados, que son; el azúcar blanco, la harina blanca, el arroz blanco, los aceites procesados con química, la sal, etc. La razón es que para que una empresa productora elabore un producto integral debe tener en cuenta que debe venderlo en pocos días para evitar su enranciamiento, mientras que los productos refinados pueden permanecer en el lugar de almacenamiento durante varios meses, tiempo durante el cual puede vender más cantidad. Por lo tanto, no es una recomendación del Ministerio de Sanidad sino más bien un interés económico el que mueve la producción de alimentos refinados.

Las grasas son fundamentales para el buen funcionamiento del organismo, por lo que no deben ser olvidadas por el yoguista. Eso sí, debemos elegir bien los aceites con los que aliñamos nuestras ensaladas o con las que realizamos nuestras recetas de la dieta del Yoga.

En el proceso de elaboración del aceite ciertas semillas son tratadas químicamente para extraer más cuantía y alteradas para un mayor rendiemiento, tal es el caso del aceite de oliva, del que se distinguen varios tipos en función de su extracción y de sus cualidades organolépticas; entendemos un aceite virgen aquél que se ha obtenido a partir de procesos puramente mecánicos y físicos, mientras que se entenderá por aceite sin más aquel que se ha obtenido de segundas extracciones empleando sustancias químicas.

En el caso del aceite de oliva la primera extracción de las aceitunas da lugar al aceite virgen (se le incorpora el 'Extra' si reúne las cualidades organolépticas necesarias), mientras que si al residuo se le añaden sustancias químicas y se vuelve a extraer se le conoce como aceite de oliva.

En el caso del aceite de girasol, siempre es extraído mediante procesos químicos puesto que no es posible hacer separar de la semilla el aceite del resto.

Aún eligiendo los alimentos de máxima calidad, una vez que caigan en nuestras manos pueden sufrir pérdidas de nutrientes con la consecuente pérdida de calidad. Es importante consumir los alimentos, siempre que sea posible, en estado fresco y no cocinado, puesto que en crudo conservan el mayor número de vitaminas, aminoácidos, minerales. Si no nos es posible consumir en crudo, como ocurre por ejemplo con una coliflor o un filete de pescado, emplearemos el salteado, el vapor o el horno. También la olla exprés nos asegura una buena conservación de los nutrientes, al no exponer durante un período de tiempo largo los alimentos al calor, sino reducido en un tiempo corto.

Se podrían agregar muchas más pautas a este articulo sobre la Dieta Yoga, pero es mejor quedarse con algunas y poco a poco ir mejorando nuestra alimentación en una vida yoguista e ir incorporando hábitos. Lo que sí, para terminar, comentar que lo importante para adelgazar con yoga es conocer nuestras necesidades, no cayendo en carencias ni excesos sino aportando a nuestro organismo aquello que realmente necesita.

Vivimos en una sociedad en la que sólo nos sentimos bien con nosotros mismos si mostramos una silueta esbelta y de agrado para el resto de la humanidad. Es por ello que nos preocupamos de las calorías que ingerimos y si queremos darnos un capricho con un dulce escogemos añadir un edulcorante para no engordar.

El uso de edulcorantes artificiales es muy usual, de hecho la demanda de este producto está creciendo del orden del 8,3% cada año. Esto se debe a la preocupación de la sociedad en la lucha contra la obesidad y las enfermedades relacionadas con ésta.

El sabor dulce es uno de los cinco sabores básicos y el considerado como el más placentero a nivel mundial. Se localiza en las papilas gustativas situadas en la punta de la lengua y detecta aquellos alimentos que contienen principalmente azúcares. La función de los edulcorantes es producir esta sensación en las papilas gustativas pero sin el aporte calórico de los azúcares normales.

Se pueden diferenciar dos grupos de edulcorantes para adelgazar:

1. Edulcorantes intensos o no calóricos. No nos aportan energía y tienen un poder edulcorante elevado. Su empleo es seguro, pero se recomienda no abusar. Algunos ejemplos comunes son:

Acesulfame K (E950)

Aspartamo (E951)

Ciclamato (E952)

Sacarina (E954)

Sucralosa (E955)

2. Polialcoholes o polioles. Son edulcorantes elaborados a partir de azúcares naturales, como por ejemplo la fructosa (azúcar de la fruta), pero se ha modificado su estructura para que la absorción intestinal sea un 50% menor. Aportan menos calorías pero no son 0%. Algunos ejemplos comunes son:

Sorbitol (E420)

Manitol (E421)

Isomalt (E953)

Maltitol (E965)

Lactitol (E966)

Xilitol (E967)

Es cada vez más usual que la industria alimentaria introduzca estos edulcorantes en sus productos de manera que no sólo se emplean como sustitutos de azúcares naturales sino que los consumimos sin saberlo en infinidad de productos alimentarios.

Desde hace varios años, se cree que los efectos secundarios del consumo de edulcorantes son responsables de la aparición de cánceres de distintos tipos. Esta afirmación tiene su base en experimentos con animales en laboratorios a los que se les ha hecho ingerir una dosis de hasta 100 veces superior a la recomendada. Por ello, no se puede relacionar el consumo de edulcorantes en personas que padecen cáncer, pero el experimento da qué pensar.

Por otro lado, algunos científicos no aseguran de la utilidad de este tipo de productos en la lucha contra la obesidad y el sobrepeso, pues en experimentos realizados en laboratorio con animales se pudo comprobar que ejemplares que consumían edulcorantes ganaron más peso que a los que se les suministraba azúcar natural.

El mejor momento para depurar el organismo para adelgazar es desde principios de la primavera hasta el final del verano. En este período del año, el cuerpo está más abierto, flexible y predispuesto al cambio, por lo que podemos conseguirlo obteniendo mejores resultados. Lo ideal será comer al día la cantidad necesaria, con variedad, pero respetando algunas pautas saludables.

Durante el otoño e invierno, nuestro organismo está energéticamente más cerrado, preparado para guardar y protegerse del frío y los cambios de temperatura.

Para depurar el organismo para adelgazar podemos establecernos unos horarios y actividades, que con un poco de organización nos será más fácil adoptar algunas formas de vida más saludables:

1. Cocina simple casera a diario

2. Sustituir los alimentos refinados por los integrales (pan, cereales, pasta)

3. Cenar temprano, al menos dos horas antes de acostarse

4. Adopta una pauta de comidas diarias equilibrada repartidas como mínimo 3 veces al día.

5. Desayuna como un rey/reina, come como un príncipe/princesa y cena como un mendigo.

6. Mastica lentamente y a conciencia, siendo consciente de lo que comes y disfrútalo.

7. No comas entre horas, sobre todo antes de irte a dormir

8. Cena alimentos del reino vegetal

Incorpora a tu dieta rabanitos y nabos, tanto crudos como en cocina, y empieza a utilizarlos como si fueran patatas, en cremas, sopas o purés de verdura. Los champiñones al igual que toda clase de setas te ayudarán con tu plan depurativo, puedes emplear la seta Shiitake si tu obesidad es del tipo fofa, con frío y retención de liquidos.

Come verduras de hojas verdes frondosas como la col verde, brócoli, puerro, apio, borraja, berros, hojas de nabos, rabanitos, etc. Cocina las verduras 'al dente'. Aprende a hacer ensaladas tibias, ya que te aportarán una cantidad importante de fibra, clorofila, calcio y hierro.

Utiliza el jengibre fresco, ajo y especias; hierbas aromáticas como el perejil, el cebollino, la albahaca, la menta, el cilantro,...

Las verduras depurativas no pueden faltar en tu mesa; Alcachofas, espárragos, remolacha, endibias, hinojo, apio,... Utiliza aceite de sésamo, que es menos denso en frío. Para adelgazar, es recomendable utilizar durante unas semanas o meses el aceite de sésamo para cocciones de verduras o añadir unas gotas de aceite de sésamo tostado en aliño.

Empieza cada día tomando una refrescante bebida depurativa, un licuado de:

- Zanahoria

- Zanahoria y manzana

- Zanahoria, manzana y apio

- Zanahoria, apio y unas gotas de limón

- Zanahoria, manzana y remolacha

- Apio y manzana

- Zanahoria y jengibre

- Zanahoria, nabo y manzana

El uso de las algas o verduras del mar es imprescindible en cualquier alimentación natural y sana. A lo largo de la historia, los vegetales marinos han sido siempre apreciados por sus cualidades salutíferas. El origen de la vida está en el mar. Millones de años de erosión lo han enriquecido con gran abundancia de todos los minerales necesarios para la vida, es por ello que las algas contienen un 10-20 veces más minerales que las verduras terrestres.

Gracias al alto contenido en minerales, las algas marinas son un alimento totalmente necesario en estos momentos para reforzar y remineralizar nuestra estructura ósea, contrarrestan toda la polución que tenemos (debido al excesivo uso de aparatos eléctricos como ordenadores, teléfonos móviles, microondas, cocinas eléctricas,etc., producen en la sangre un efecto alcalinizante, depuran nuestro sistema circulatorio de los efectos ácidos de la dieta moderna, disuelven grasas, colesterol y depósitos de mucosidades que aparecen en el organismo, por un exceso de grasas saturadas y productos lácteos, nutren nuestro sistema nervioso e inmunitario y lo refuerzan.

Las algas se pueden utilizar en cada comida. Se obtienen en el mercado en forma seca, por lo que recomendamos dejarlas en remojo unos minutos antes de usarlas:

- Arame, salteada con verduras de raíz y/o tofu, tempeh, seitán...

- Hhiziki, cocinada salteada como el Arame

- Kombu, en leguminosas, proteínas vegetales, caldos, estofados...

- Dulce, en sopas, ensaladas, salteados cortos, condimentos

- Wakame, en sopas, ensaladas, leguminosas y proteínas vegetales, salteados

- Nori, en sopas, para acompañar platos, snacks

- Agar Agar, en gelatinas de verduras, de frutas, flanes, mousses.

Las vitaminas son necesarias sólo en cantidades muy pequeñas (del orden de milésimas de gramo o millonésimas de gramo), pero sin ellas nuestro organismo no puede mantenerse con vida. Para evitar las deficiencias vitaminicas debemos incorporar a nuestra dieta alimentos ricos en estos nutrientes.

Las vitaminas no aportan energía, pero son muy importantes porque participan en los procesos metabólicos que permiten aprovechar las grasas, los hidratos de carbono, las proteínas el resto de los nutrientes que ingerimos en nuestra alimentación. Cuando somos niños nos aseguran el desarrollo óptimo de los huesos, músculos y demás estructuras, y mientras somos adultos, las vitaminas permiten la regeneración de los tejidos y el buen funcionamiento de los procesos fisiólogicos.

La inmensa mayoría del total de las trece vitaminas indispensables, se obtienen de la alimentación, unas pocas se sintetizan en nuestro organismo, como es el caso de la vitamina D, que la forma nuestra piel con la exposición al sol o las vitaminas K, B1, B12 y ácido fólico que se producen en cantidades ínfimas de la mano de la microflora intestinal; de ahí la importancia del buen mantenimiento de estos microorganismos.

Para asegurarnos de que no nos falten las vitaminas seguiremos una dieta equilibrada en la cual se integren mucha fruta y verduras frescas, cereales integrales, frutos secos y semillas en cantidades moderadas, así como alimentos de origen animal como leche y huevos.

Las carencias de vitaminas son inusuales en nuestra sociedad moderna, pero sin embargo, son frecuentes las ligeras deficiencias que además, pasan desapercibidas por lo que se convierten en un problema para el futuro.

En los últimos años se ha empezado a hablar de una nueva dieta considerada como Dieta equilibrada y muy saludable inspirada en la natural Dieta Mediterránea. Se trata de la Dieta Atlántica, un método muy natural y saludable para perder peso, mantenerlo o simplemente seguir una dieta sana.

La Dieta Atlántica cuenta con la característica de haber sido estudiada más actualmente que la Dieta Mediterránea, y aunque no cuenta con su popularidad, se trata de una dieta bastante saludable y recomendable. El problema que presenta la Dieta Mediterránea es que muchas personas creen llevarla a cabo tan sólo por el hecho de vivir en una zona mediterránea, y no por consumir los alimentos de su pirámide alimenticia.

Los alimentos de la pirámide alimenticia de la Dieta Atlántica comparten su bajo contenido en grasas saturadas, son ricos en fibra alimenticia y practicamente carece de azúcares. Las proteínas de la Dieta Atlántica son proteínas de calidad procedentes en su gran mayoría del consumo de pescado, que es consumido como producto base, por lo que se toma a diario. He aquí ésta distinción con la Dieta Mediterránea entre otras; cocer al vapor, cocinar los alimentos a la plancha o a ser posible en crudo.

Pero la Dieta Atlántica no sólo se centra en alimentación y en la manera de cocinar los alimentos, sino que es toda una filosofía alimenticia, donde se nos propone el comer despacio y masticar los alimentos para facilitar la digestión de los mismos y obtener un disfrute más placentero de ellos; de tal manera que por lo general se come menos involuntariamente. Tras la ingesta se practica lo que los españoles llamamos la 'sobremesa' que es tan sana y conocida como la siesta.

Distinguidos nutricionista aseguran que la Dieta Atlántica es favorable en la lucha contra las enfermedades cardiovasculares, metabólicas, incluso evita algunos tipos de cáncer. A nivel psicológico, la dieta Atlántica influye en el temperamento y comportamiento psicológico de bebés al consumir la madre habitualmente pescados, incluso, se afirma que favorece el coeficiente intelectual de los hijos, por las propiedades beneficiosas del pescado.

1. Pescados de río y mar, y mariscos (tanto moluscos como crustáceos) a diario o al menos durante 4 ó 5 veces a la semana, en todas las etapas de la vida. De estos alimentos obtenemos los apreciados ácidos grasos Omega 3, combatiente en la lucha contra la enfermedades cardiovasculares. El pescado y marisco desempeñan importantes funciones en el desarrollo y mantenimiento cerebral.

2. Cereales, patatas y legumbres. Nos aportan hidratos de carbono en un 50% de las necesidades de energía necesarias para nuestro día a día. Debemos consumir cereales en su forma íntegra, es decir, no pan blanco ni panes a los que se les ha añadido fibra, sino pan elaborado con harinas del cereal completo, sin refinar. Las patatas son un alimento que nos llegó a través del Atlántico, por lo que son alimento indispensable en la dieta Atlantica, eso sí, cocidas o elaboradas junto a las legumbres u otros.

3. Frutas y hortalizas. Alimentos que nunca faltan en una dieta equilibrada y saludable; frutas como las manzanas y los cítricos como base y combinando con toda la gama de frutas disponibles en el mercado. De las hortalizas se recomiendan sobre todo, las del género brassica, las coles (repollos, coliflores, coles de Bruselas, berza, lombarda, etc.), así como las judías verdes, zanahorias, guisantes, pimientos, tomates.

4. Aceite de oliva como grasa por excelencia en los aderezos crudos y para cocinar. Se trata de la grasa más rica en ácidos grasos libres, contiene además, betacarotenos, y vitamina E, entre otros muchos nutrientes que le otorgan propiedades tan beneficiosas.

5. Leche y derivados. Pocos productos animales son tan recomendables en su amplia variedad de derivados, por su alto valor proteico, minerales y vitaminas. Beneficia la flora intestinal, por el contenido en microorganismos naturales. Recomendable sobre todo, en la edad infantil y en edades avanzadas. Optaremos por consumir leche, yogures y queso desnatado si nuestro fin es perder peso.

6. Consumo de carne importante pero moderado. Las carnes aportan proteínas de alto valor nutritivo, pero en su mayoría contienen alto contenido en grasas, por lo que en la Dieta Atlántica, su consumo se aconseja de manera moderada, eligiendo carnes magras y acompañadas de verduras, legumbres o patatas cocidas.

7. El consumo de agua es importante, pues además de calmarnos la sed nos aporta una sensación de saciedad que evita que nos pasemos en las comidas. Los líquidos en general, son importantes en la Dieta Atlántica, se puede consumir vino de manera moderada y en las comidas.

La preparación de estos alimentos de la Dieta Atlantica debe ser la más sencilla, para mantener en lo posible los nutrientes de los ingredientes de nuestros platos y no alterar el valor nutritivo. Sustituiremos los fritos por la plancha y la cocción, las verduras cocinadas al vapor mantienen las cualidades organolépticas, y los pesados al horno mejor que fritos.

Una de las filosofías de la Dieta Atlántica es la de disfrutar y saborear los alimentos, para lo cual debemos sentarnos a la mesa con la mente abierta para nuestros sentidos, masticar bien para tener mejores digestiones y sentarnos a disfrutar no supone emplear más tiempo que comer de pie.

Siempre acompañeremos nuestra Dieta Atlántica con ejercicio físico diario acorde a nuestra edad y a nuestras posibilidades, pues es tan importante como comer sano. Las actividades físicas combinadas con las de ocio nos aportan un beneficio psicológico excelente.

La verdolaga es conocida en el mundo científico como Portulaca oleracea, y es una gran fuente de aminoácidos esenciales en su mayoría, es decir que nuestro cuerpo no es capaz de sintetizar y por ello se debe incorporar a la dieta. Además, contiene un alto contenido en Vitamina C, fibra y Sales minerales importantes como el Calcio, el Potasio, Magnesio o Hierro.

Entre las propiedades de la Verdolaga se encuentran la vitamínica, depurativa, refrescante, vasodilatodora, eficaz para evitar los cálculos renales, desinfectante de vías urinarias, favorece la coagulación de la sangre, y en tratamientos externos (en infusión) es eficaz para heridas y eczemas.

La verdolaga nos la proponen también los expertos del equipo del Método del Doctor Dukan en la fase de crucero, en el momento en que adquieres el poder de las verduras como acompañante a estos platos de proteínas. En ensalada aliñada con salsas light podrás agregarla junto a la lechuga, escarola, lechuga hoja de roble, etc., pues tiene un sabor muy parecido a los canónigos, quizás la verdolaga tenga un sabor algo más fuerte. La verdolaga también se usa como ingrediente en sopas y caldos.

Puedes prepararte una ensalada con hojas tiernas de verdolaga, empleando otras lechugas como al escarola o la llamada hoja de roble, pepino, tomate, brotes de soja, y un aliño light o una salsa de yogur natural 0%. ¡Atrévete a probarla!

Si no encuentras ninguna planta de verdolaga en los comercios puedes tomar una planta en un parque, un rosetón o maceta y plantarla en la terraza. Cada vez que la quieras usar corta sus ramitas más tiernas e irán saliendo más como si fuese un cesped.