Con unos cuantos trucos fáciles podemos restar calorías a nuestras salsas favoritas, y sin renunciar al sabor. Cambiando ingredientes por otros más ligeros o usando su versión más light. Aqui tienes cuatro recetas de salsas light muy ricas y que acompañarán a tus ensaladas, pasta, carne...

Pon 3 yemas de huevo en un bol y añade 100 g de mostaza, sal y pimienta. Incorpora poco a poco 5 cucharadas de aceite de oliva. Añade 600 g de queso blanco y, después, 50 ml de vinagre. Remueve bien hasta obtener la consistencia deseada.

Calorías por 100 g: 145

Una cucharada = 36 calorías

En un bol mezcla 400 g de queso blanco o de Burgos con un 20% de grasa, 100 ml de leche desnatada, 100 ml de vinagre, 50 g de mostaza, sal y pimienta recién molida. Mezclar bien.

La aceituna contiene grasa buena que da mucho sabor. Tiene grasa insaturada, buena para el corazón. Es ideal en ensaladas, en salsas de guisos o en rellenos.

La aceituna de mesa es agua hasta en un 74% y tiene un alto contenido en grasas, pero se trata en gran parte de grasa insaturada, buena para el sistema cardiovascular. Es sana, pero muy calórica y rica en sal. Su sabor proviene de la 'cura', un proceso que consiste en macerarlas, cambiando el agua a diario, hasta que pierden el amargor.

Aceituna negra. Es el fruto del olivo maduro, de sabor más dulce. Tiene 351 calorías por cada 100 gramos. Su contenido en grasas es del 35%.

Aceituna verde. Se recolecta cuando aún no está madura. Tiene 131 calorías por cada 100 gramos. Su contenido en grasas es del 13%

La comida rapida no es tan mala como la pintan, pero como todo esta es cierto siempre que se tome en poca cantidad; una vez cada diez días. Excepto las patatas, la comida rápida hay que tomarla como plato único, sólo en una de las dos comidas principales (mejor la del mediodía) y compensando su aporte calórico consumiendo otros alimentos menos energéticos y complementarios para recibir nutrientes de todos los grupos, el resto del día. Los clásicos del 'fast food' pueden mejorarse enriqueciéndolos, variando la técnica de elaboración y aligerándolos.

La hamburguesa normal tiene 380 calorías. Lo bueno que tiene es la carne de ternera, pues es buena para combatir la anemia y para personas con problemas digestivos. Si se prepara con carne de pavo o pollo, conseguirás disminuir su grasa, y así podrán consumirla personas con problemas de colesterol.

El pan de hamburguesa aporta carbohidratos, y el sésamo es muy rico en calcio. La hamburguesa aporta energía en casos de desgaste físico y mental.

Puedes hacer la hamburguesa light preparándola a la plancha, grill o parrilla, y con queso poco graso y algo de ensalada. Pica la carne en casa con los cortes más magros y añade poca sal, así conseguirás hacer de la hamburguesa un plato más sano. Elige la hamburguesa más pequeña, una ración normal es suficiente, pues una doble tiene 550 calorías. Prueba las hamburguesas vegetales, si lo lo haces nunca sabrás si te gutan.

Son alimentos del grupo cereales-pan-féculas, que hay que tomar a diario. Las patatas son ricas en potasio, bueno para quienes retienen líquidos, y vitamina C, un potente antioxidante. Pueden dar un buen empujón de energía a los convalecientes o quien esté sometido a desgaste físico.

Para hacer de tus patatas fritas una comida más light, tómalas con proteínas ligeras; filete de ternera a la plancha, pescado cocido, huevo duro... y sin pan. Ásalas en el microondas unos minutos y saltéalas con poco aceite, para que estén crujientes. Cuando estén fritas, extiéndelas sobre papel de cocina absorbente para que pierdan el exceso de aceite. Friélas en aceite de oliva, que nolibera compuestos nocivos al calentarse a alta temperatura. Hazlas con el mínimo de sal.

El perfil nutritivo mejora si se consume con puré de patatas, chucrut o cebolla. La salchicha es rica en proteínas, hierro y vitamina B12, y si está rellena de queso, también aporta calcio.

Para hacer un perrito caliente light mas ligero elige salchichas de carne magra, de pavo o pollo, que contengan menos carne de cerdo y menos de grasa. O prueba las de soja, con fitoestrógenos. Tóma el perrito caliente como comida rapida light en su versión más simple; pan y salchicha. Ahorrarás infinidad de calorías. Y si además usas pan de baguette, con poca miga; engorda y fermenta menos y se digiere mejor.

La pizza light, si se eligen bien sus ingredientes, se obtiene un plato equilibrado, cuyas calorías y nutrientes no necesitan completarse con otras comidas. Es fácil de preparar y transportar. Para hacer pizza light elige pizzas de masa fina o mejor, hazla tú. Utiliza mozzarella light y añádele un chorrito del saludable aceite de oliva. Evita los ingredientes ricos en grasas saturadas, como beicon o chorizo, opta por los proteicos magros como la ternera, el pollo o ricos en ácidos grasos saludables como el atún o la anchoa, así como las verduras; champiñones, cebolla, aceitunas y frutas como la piña.

A los 50 años el metabolismo es más lento y se queman menos calorías. Casi el 50% de las mujeres que tienen entre 40 y 50 años tienen sobrepeso. Con la menopausia, el exceso de kilos puede provocarte hipertensión, colesterol alto y diabetes. El metabolismo e ralentiza en esta época de la vida hasta un 15%.Como gastas menos en hacer lo mismo, debes reducir en un 10% el conusmo de calorías.

En tu casa comes bien, pero fuera caes en los excesos. Puedes caer en el picoteo cuando estás aburrida y sola en casa. Muévete todos los días y añade diez minutos al tiempo que hasta ahora dedicabas al ejercicio. Todo aquello que no avances supone a partir de ahora un retroceso en tu forma física y tus huesos.

La ansiedad se te genera por dos factores: los cambios que se producen en tu cuerpo, con la menopausia, y en tu vida, con la marcha de los hijos. Es lo que se llama 'Síndrome del nido vacio'.

Comer soja es ideal, porque contienen isoflavonas, sustancias que actúan como los estrógenos que ahora te faltan al no tener la regla, de forma que previenen la osteoporosis y el cánceer de mama y reducen las molestias de la menopausia. También te interesan las frutas, verduras, cereales integrales, legumbres y los pescados azules, que son ricos en vitamina D y la mayor fuente de ácidos grasos omega-3, que reducen los triglicéridos en sangre y regulan el funcionamiento de las neuronas.

Toma 10 minutos de sol cada día; es un antidepresivo muy eficaz y sus rayos UV hacen que tu cuerpo sintetice vitamina D, tan necesaria para que se fije el calcio en tus huesos.

La menopausia supone el cese de la menstruación y la pérdida de la fertilidad. El cuerpo deja e producir estrógenos, hormonas femeninas. Estos cambios pueden causar aumento del apetito, fatiga, insominio, depresión, sofocos... que se suman a la pérdida de densidad en los huesos. Casi todas las mujeres sufren los síntomas de la menopausia entre los 45 y los 50 años.

Comer más a menudo y menos cantidad ayuda a perder peso, ya que la digestión quema calorías. Los lácteos, pescados y alimentos ricos en fibra te aportarán los nutrientes que necesitas. No te conviene la cafeína. Come más proteínas para generar masas muscular, calcio para evitar la osteoporosis y magnesio para reforzar los huesos. Y reduce la sal.

Entre los 36 y los 45 años tu cuerpo necesita menos calorías. Una mujer de 36 años necesita 100 calorías menos que a los 26. Tus hormonas y metabolismo empiezan a decaer y la proporción de grasa en el cuerpo es mayor.

Te has ido acostumbrando al cambio poco a poco, el espejo no te devuelve una imagen tan diferente, pero tu cuerpo ya no es el mismo. Te costará mucho más perder peso. Aumenta el consumo de antioxidantes y vitamina D, de minerales (Calcio, magnesio, fósforo y hierro par cuidar los huesos y desterrar las anemias), y fibra para regular el intestino.

A los 40 años, sigues comiendo como siempre lo has hecho pero tu cuerpo necesita más calidad y menos cantidad. Si no cuidas la alimentación, te arriesgas a sufrir anemia o malnutrición... o sobrepeso. A no ser que hagas ejercicio, empezarás a perder células óseas. Si practicas algo de ejercicio diario, aumentarás la masa muscular, mantendrás la ósea y reactivarás el metabolismo, con lo que controlarás mejor el peso.

Los principales riesgos serán tomar todos los días el aperitivo o una copa al salir del trabajo, pues es una mala costumbre que, además, no contará para ti como comida. El alcohol engorda porque se transforma en grasa, y aumenta e riesgo de cáncer de mama.

Si quieres adelgazar, ve a un especialista nutricionista o un dietista. Si lo que pretendes es mantener tu peso, come más verdura y pescado. La clave está en intentar que tus comidas sean lo más ordenadas posible. Establece una rutina a la hora de sentarte a la mesa. Y, sobre todo, cuida tu dieta pero no te obsesiones con la báscula.

Lucha contra los radicales libres, pues oxidan las células y las envejecen. Defiéndete tomando Vitamina A (está en vegetales de color rojo o naranja, espinacas, berros, quesos, mantequilla, pez espada...), Vitamina C (presente en pimientos, brécol, espinacas, cítricos, kiwi, fresas y la mayoría de las frutas) y Vitamina E que es antioxidante ( la contienen los aceites vegetales, pescado azul, frutos secos y cereales.

El alcohol no te alimenta, pero sí te engorda y perjudica tu salud, excepto la cerveza y el vino, que son buenos tomados en pequeñas cantidades diarias. La fibra, las verduras y los alimentos integrales proporcionan las vitaminas y minerales que necesitas ahora. Tómate tu tiempo. La carne roja es demasiado grasa; resérvala para ocasiones especiales y opta por las carnes blancas y las aves para diario.

Entre los 26 y los 35 años los embarazos y el estrés alteran tu peso. Los kilos de cada embarazo pueden quedarse en tu cintura y tus caderas. Éste es el mayor riesgo a esta edad, unido al cansancio con el ajetreo de los niños.

Si no tienes hijos, puedes seguir con las recomendaciones de la Dieta a los 25, sólo que tienes que reducir un poco las calorías diarias y aumentar el ejercicio. Pero si te has quedado embarazada, tienes que poner mucha atención a tu alimentación; no se trata de comer por dos sino de comer dos veces sano.

Durante el embarazo debes controlar tu apetito para engordar sólo lo que te diga el ginecólogo. Y cuando el bebé nace, tus obligaciones se multiplican y es casi seguro que dormirás menos.

En el embarazo hay alimentos que no puedes ni ver y otros que te apetecen d una forma compulsiva. No se sabe muy bien por qué sucede esto, pero al parecer, el apetito voraz por ciertos alimentos se debe a razones hormonales y psicológicas; responde a necesidades de nutrientes que tiene el organismo.

Andar, nadar, hacer gimnasia que no conlleve saltos y los ejercicios de preparación al parto son muy convenientes, a no ser que tu ginecólogo te los desaconseje por algún motivo. El yoga también te irá muy bien, y después del parto te ayudará a tranquilizarte, controlar los nervios y el apetito, y ayudará a tu cuerpo a volver a ser el de antes. Si te decides por practicar esta milenaria técnica oriental durante la gestación, hazlo bajo las instrucciones de un experto, ya que debes evitar algunos ejercicios y limitar ciertas posturas.

Los principales riesgos a los 30 años son los dulces industriales, los fritos, el exceso de grasas y de sal, que contribuye a la retención de líquidos. Cuidado con las calorías. Ahora necesitas menos de las que comías en la etapa anterior de tu vida. Debes empezar a controlar un poco más lo que comes, pero no te preocupes porque esto no significa que no puedas permitirte un capricho de vez en cuando.

En el embarazo debes seguir una dieta sana y variada para mantenerte en tu peso. Con las verduras no pasarás hambre y cubrirás tus necesidades nutricionales: contienen fibra, que mejora el tránsito intestinal y sacia el apetito; te aporta las vitaminas y minerales que necesitas; y tienen un 80-90 % de agua, así que engordan poco.

Quizas tengas que enfrentarte a una depresión posparto. Es debida a reajustes hormonales y a problemas psicológicos: has perdido el protagonismo que tenías durante el embarazo y tu hijo está en primer plano; además, él es el causante de tu cansancio, no te deja tiempo para nada. Si te ocurre, consulta con tu médico. Algo que anima mucho es pensar que tu cuerpo volverá a ser el de antes y que tu vida se irá adaptando a la nueva situación.

Nada de comer por dos: el ginecólogo te vigilará mucho para que no ganes demasiado peso durante el embarazo, ya que te perjudicaría a ti y dificultaría el parto. Por termino medio, deberás subir entre 9 y 11 kilos; se suele decir que hay que engordar un kilo por mes, pero en realidad hay que tener en cuenta que al final se gana más peso.

Los dulces y grasas engordan mucho y los fritos, además, resultan muy indigestos. Los encurtidos tienen pocas calorías (son permisibles como antojo), pero pueden dañar el estómago si comes demasiados. Las fresas con nata no engordan tanto si tienen más fresas que nata. Las verduras son imprescindibles porque te aportan ácido fólico y vitaminas y minerales como calcio y hierro.

Entre los 18 y 25 años el peligro está en las grasas saturadas. A esta edad no te debería costar seguir una dieta sana y mantener un buen peso. Evita las tentaciones; comer demasiadas grasas saturadas y el sedentarismo.

Está en el momento que marca cuál será tu peso toda la vida. Puedes caer en el desorden en las comidas y el exceso de grasa. Es probable que el cansancio te quite las ganas de hacer ejercicio. Si te independizas, la dificultad añadida de cocinar tú puede complicarte la dieta si te acostumbras al sillón y la desorganización.

Comer fuera de casa habitualmente es más cómodo, pero un peligro para tu dieta. Como tu economía nos es desbordante, acabas recurriendo a comida rápida y barata, poco saludable. Los cafés y bollería para desayunar, las hamburguesas, las patatas fritas, los sándwiches y fritos son una trampa para tu peso. Eso por no hablar de cuando tus padres se empeñan en que comes mal y te sobrealimentan los días que vas a casa. Si cumples estos requisitos estás opositando para el sobrepeso.

Después de tus quehaceres diarios (trabajo, estudios, juergas) no te entran ganas de hacer ejercicio, pues estás agotada. No hace falta que te apuntes al gimnasio, puedes dar un paseo a la hora de la comida, o andar parte del trayecto a casa, olvidarte del ascensor y subir las escaleras. Aprovecha el fin de semana para montar en bici o practicar senderismo con amigos o tu pareja; es muy divertido y saludable.

Tienes que hacer tantas cosas, que se te dispara la ansiedad. Ten cuidado porque esto te puede llevar a comer de manera desordenada y caer en la tentación de los dulces para calmarte. Si coges unos kilos, te pones nerviosa y los pierdes de cualquier manera, para luego volver a ganarlos. No pierdas la cabeza y mantén la calma a la hora de decidir tus menús.

Prepara cenas sanas (ensaladas o verdura congelada se preparan en un abrir y cerrar de ojos). Cuando comas fuera de casa opta por pedir legumbres, ensaladas, carne a la plancha cn verduras...

La clave está en comer de manera equilibrada. Tus neuronas necesitan hidratos de carbono, proteínas y minerales. No olvides que ahora tienes que almacenar calcio par el futuro. La carne y las legumbres te aportarán el hierro que supla al que pierdes cada mas debido a la menstruación.

Si no cuidas la alimentación de manera adecuada, el embarazo te dejará de regalo unos kilitos de más, por eso no debes tener sobrepeso en el momento de quedarte embarazada. Prepara tu cuerpo para el embarazo:

Toma ácido fólico. es una vitamina del grupo B (B9), que previene malformaciones en el feto, como los defectos del tubo neural. Se encuentra en la escarola, espinacas, cítricos...

Reduce las grasas saturadas. Están en la carne roja, los embutidos, y los productos lácteos enteros.

Toma hierro. Lo contienen las carnes magras, las verduras de hoja, las judías, los moluscos como los mejillones y los berberechos y los cereales enriquecidos.

El desayuno es al comida más importante del día y no adelgazarás más porque sólo tomes un café; lo único que conseguirás es quedarte sin fuerzas a media mañana. La bollería industrial tiene grasas poco sanas y muchas calorías. Comer una fruta a media mañana o media tarde te permitirá llegar sin demasiada hambre a la comida o cena. El menú del dia de los restaurantes suele ser variado y puede sustitutir a la comida de casa, siempre que dejes de lado las grasas. Para cenar, toma pescado, verdura y fruta, que te permitirán obtener las vitaminas y minerales que necesites.

Las mujeres estamos 'diseñadas' para 'almacenar grasa; asi que como en otras tantas cosas, a las mujeres nos ha tocado la peor parte biológica en esto de adelgazar. El ser humano está 'diseñado' para la vida de la Prehistoria : almacenaba reservas de grasa que luego utilizaba para producir energía cuando la comida escaseaba. En el caso de la mujer, este fenómeno es aún más destacado, ya que, además de asegurar su supervivencia, la Naturaleza tenía que garantizar que iba a vivir el niño que la mujer criaba. Por esta razón, nuestro cuerpo está diseñado para mantener más reservas energéticas que los hombres, sobre todo en las nalgas, caderas, muslos, vientre y pecho.

Pero mucho ha llovido desde los tiempos de las hambrunas en que las personas necesitábamos esas reservas para las épocas de escasez. Nuestro modo de vida ha cambiado considerablemente, pero el diseño de nuestro organismo ni por asomo. Por termino medio, una mujer tiene un 25% de grasa corporal (el doble que el de un hombre) y un 13% de masa muscular (frente al 17% del hombre). Mientras que medio kilo de grasa quema sólo 3 calorías por día, medio kilo de músculo quema diariamente 150 calorías. Por eso ellos suelen adelgazar son sólo proponérselo y a nosotras nos cuesta tanto. a este hecho hay que sumar el factor de la edad, pues a partir de los 30 años el cuerpo va perdiendo progresivamente músculo, y el metabolismo se ralentiza un 3-4 % cada diez años. De aquí que con los años nos cueste más perder peso. Súmale los cambios hormonales que la mujer tiene cada mes con al menstruación y con los embarazos y la herencia genética y tendrás la explicación de por qué tu peso sube en cuanto bajas la guardia.

Saber todo esto tiene un aspecto muy positivo, pues una vez conocido por qué engordas, puedes tomar medidas.Si adaptas la dieta a las necesidades cambiantes de tu organismo y haces ejercicio, te mantendrás en tu peso sin mucho esfuerzo y alejarás esas enfermedades aliadas al exceso de kilos. la nutrición juega un papel vital en esta lucha. Como norma general, hay que comer fruta, verdura y productos lácteos a diario; legumbres, pasta y arroz varias veces por semana; más pesacdo que carne, y más carne blanca (pollo, pavo o conejo) que roja (ternera, buey). vita la bollería industrial y reduce la sal.

Los principios activos de algunas plantas nos ayudan a eliminar toxinas acumuladas en el organismo.

Los naturópatas aseguran que la causa principal de las enfermedades es la presencia de sustancias indeseables en el organismo. Una toxina es cualquier compuesto que tiene un efecto nocivo sobre nuestro organismo. Algunas de las toxinas que nos afectan proceden del deterioro de los propios tejidos, pero la mayor parte proviene de la degradación de las sustancias alimenticias.

El organismo se intoxica con sustancias procedentes de nuestro entorno y nuestros alimentos, como los insecticidas, el exceso de medicamentos y vacunas, colorantes, emulsionantes, potenciadores del sabor, estabilizantes, antioxidantes, cosméticos, desodorantes, el humo del tabaco, la polución... La presencia en el organismo de una cantidad pequeña de toxinas es algo completamente normal, y el propio cuerpo es capaz de eliminarlas mediante su neutralización o a través de su eliminación por la orina o heces, así como por los pulmones y la piel. Además, contamos con órganos que filtran la sangre y liberan toxinas; el hígado, los riñones, los pulmones, la piel y los intestinos.

Zarzaparrilla. Esta planta leñosa originaria de América es conocida por ser el tónico natural femenino. Desde hace tiempo se utiliza como antiinflamatorio, depurativo y sudorífico.

Alcachofa. Sus hojas estimulan la secreción biliar, gracias a la cinarina. A la vez, activa los movimientos intestinales que favorecen la eliminación de las materias fecales.

Diente de león. Estimula la secreción de los órganos de la digestión, por lo que se utiliza para tratar trastornos digestivos. También es laxante y tiene efectos diuréticos.

Salvia. Su aceite esencial actúa sobre las glándulas sudoríparas, disminuyendo la transpiración. Es muy eficaz para aliviar trastornos digestivos.

Cardo Mariano. Contiene silimarina, un extracto con un gran efecto en la protección del hígado frente al daño y en la estimulación de desintoxicaciones.

Tomillo. Planta aromática con propiedades antisépticas que se utilizan en las infecciones pulmonares. Sus hojas contienen un aceite esencial muy útil en los problemas intestinales.

Se pueden citar algunos consejos y recomendaciones para desintoxicar el organismo:

- Seguir una dieta en la que predominen las frutas, vegetales frescos, cereales integrales, legumbres, nueces y semillas

- Adoptar un estilo de vida sano, hacer ejercicio, no fumar ni beber

- Tomar suplementos vitamínicos y minerales, especialmente de vitamina C.

- Tomar sumplementos nutricionales y herbarios que protejan el hígado

- Realizar ayunos de tres días dos veces al año, bajo supervisión médica.

La diabetes la sufren aquellos enfermos cuyos organismos son incapaces de emplear correctamente la insulina, la hormona que se fabrica en el pancreas y que regula los niveles de azúcar en la sangre. La diabetes no tiene cura, pero haciendo una dieta saludable, un poco de ejercicio y un control regular de los niveles de glucosa (no debe subir del siete) se puede llegar a hacer una vida absolutamente normal.

La medición del nivel de azúcar en sangre que realizan en rutina los diabéticos es un método eficaz para determinar qué cantidad de insulina deben proporcionarse cada día. Pero para conocer si el tratamiento es el adecuado se necesitan datos precisos, como el nivel de hemoglobina glicada (A1C). Este parámetro es el registro del azúcar en sangre y determina si el enfermo de diabetes está controlado o si tiene riesgo de desarrollar patologías asociadas a su enfermedad. Este parámetro tan importante se determina por un sencillo análisis de sangre cuatro veces al año.

Las campañas de concienciación entre los enfermos y los profesionales sanitarios ponen todo su empeño para que los enfermos, además de realizarse controles diarios de su glucosa en sangre, vigilen periódicamente sus niveles de A1C para mantenerlos siempre por debajo de siete.

Las personas que no padecen de diabetes, el nivel de A1C, es decir el porcentaje de hemoglobina en los glóbulos rojos que tiene glucosa adherida, oscila entre el cuatro y el seis por ciento. En los diabéticos que tienen controlada su enfermedad, el nivel oscila entre el 6,5 y el 7; si el valor supera esta cifra, significa que la patología está fuera de control.

Existen múltiples factores que hacen alterar esta cifra, pero fundamentalmente suelen ser un estilo de vida poco saludable, con una alimentación desequilibrada y la ausencia de ejercicio físico. Además, la falta de un tratamiento adecuado lps que suelen disparar la cifra por encima de siete.

Mantener a raya la A1C por debajo del siete rebaja mucho la posibilidad de enfermedades. Una reducción del 1%, por ejemplo, disminuye el riesgo de muerte en un 25%, un 18% de sufrir infarto de miocardio y hasta un 35% la probabilidad de enfermedades renales y oculares.

En la diabetes se pueda dar las llamadas enfermedades en cascara, en la cual se encuentran muchas personas a las que un nivel alterado de glucosa los coloca en riesgo de sufrir infartos, ictus, retinopatías que pueden ocasionar ceguera, dolencias de riñón que pueden requerir diálisis o incluso transplantes así como hemiplejias. Un simple análisis evitaría estas patologías.

Consulta:

Esta dieta aporta nutrientes que ayudan a luchar contra el efecto oxidante de los radicales libres. Te proponemos una dieta semanal para que puedas contrarrestar los síntomas del envejecimiento, pero además te damos algunas claves para elegir aquellos alimentos que te benefician y ayudan en tu lucha contra los síntomas de la edad.

Para prevenir el envejecimiento hay que evitar los alimentos que aceleran los procesos degenerativos de las células. Para ello, reduce el consumo de:

- Sal. Su exceso endurece las arterias y favorece la ateroesclerosis.

- Azúcar. Estimula la hipersecreción de insulina y predispone a la diabetes.

- Alcohol. Intoxica el hígado y daña la piel.

- Carne. Favorece el desarrollo de fenómenos putrefactos en el intestino y la acumulación de escorias metabólicas y colesterol.

Da, en su lugar, preferencia a los alimentos que protegen a las células del asalto de los radicales libres como:

- Cereales integrales. Contienen vitamina B1, que nutre y protege los tejidos nerviosos.

- Fruta y verdura fresca. Por ser una buena fuente de vitaminas antioxidantes.

- Germinados. Regeneran los tejidos. Ponlos en todas las ensaladas.

- Semillas de girasol. aportan aminoácidos esenciales, oligoelementos, enzimas y vitaminas. Alade 1 cucharada a la ensalada cada día.

- Té verde. Contiene compuestos fenólicos con propiedades antioxidantes 200 veces superiores a las de la vitamina E.

Tu mejor aliado puede ser además, comprimidos de Citrus aurantium, piña (ananás), kiwi y pomelo.

100 g de frutas del bosque

2 rebanadas de pan integral con lino

50 g de jamón serrano

1 vaso de leche de soja

1 té verde

2 tortitas de arroz con quinoa

Ensalada de tomate con aros de cebolla crudos. Aliñar con aceite de oliva y zumo de limón

200 g de pescado azul

1 bol de brócoli

1 yogur desnatado

2 rebanadas de pan integral con lino

250 g de macarrones integrales con aceite de oliva y tomate natural

100 g de judías verdes

2 tostadas de pan integral con lino y aceite de oliva

30 g de queso fresco

1 kiwi

1 vaso de zumo de pomelo

2 rebanadas de pan integral con lino

1 huevo duro

1 yogur de soja

1 té verde

1 bol de frutas del bosque

Ensalada de lechuga, germinados, pipas de girasol y zanahoria. Aliñar con aceite de oliva y vinagre de sidra

150 g de pechuga de pollo a la plancha

Acelgas rehogadas

30 g de queso fresco

250 g de arroz integral con verduras

2 tostadas de pan integral con lino

Queso fresco con frutas del bosque

100 g de frutas del bosque

2 rebanadas de pan integral con lino

30 g de queso fresco

1 vaso de leche de soja

1 té verde

2 tortitas de cereales

Ensalada de cogollos de lechuga, zanahoria rallada, germinados y 3 nueces. Aliñar con aceite de oliva y vinagre de sidra

200 g de pescado

100 g judías verdes al vapor con aceite de oliva

1 yogur desnatado

2 tostadas de pan integral con lino

Trigo sarraceno hervido con verduras variadas y aliñado con aceite

2 tostadas de pan integral con lino

1 yogur con frutas del bosque

1 vaso de zumo de pomelo

2 rebanadas de pan integral con lino

50 g de jamón serrano

1 yogur de soja

1 té verde

1 té verde

1 bol con frutas rojas

Ensalada de endibias, germinados, pipas de girasol y berros. Aliñar con aceite de oliva y vinagre de sidra

200 g de pescado blanco

150 g de espinacas al vapor

30 g de queso fresco

2 tostadas d pan integral con lino

Quinoa hervida con verduras al vapor y aliñada con aceite de oliva y picadillo de ajo y perejil

2 tostadas de pan integral con lino

1 yogur con frutas del bosque

100 g de frutas del bosque

2 rebanadas de pan integral con lino

30 g de queso fresco

1 vaso de leche de soja

1 té verde

2 tortitas de arroz

Ensalada de tomate y pepino con albahaca y aceite de oliva

200 g de pescado

1 yogur desnatado

2 rebanadas de pan integral con lino

Espaguetis integrales con verduras rehogadas

2 tostadas de pan integral con lino

Queso fresco desnatado con frutas del bosque

1 vaso de zumo de pomelo

2 rebanadas de pan integral con lino

1 te verde

1 huevo duro

1 yogur desnatado

1 cucharada de germen de trigo

1 te verde

1 bol de frutas rojas

Ensalada de lechuga, olivas, zanahorias, germinados, pipas de girasol y berros. Aliñada con aceite de oliva y vinagre de manzana.

150 g de pechuga de pollo a la plancha

1 bol de brócoli al vapor

30 g de queso fresco desnatado

2 rebanadas de pan integral con lino

Arroz integral con verduras rehogadas

2 rebanadas de pan integral con lino

1 yogur desnatado con frutas del bosque

100 g de frutas del bosque

2 rebanadas de pan integral con lino

30 g de queso fresco

1 vaso de leche

1 té verde

2 tortitas de cereales

Ensalada de endibias, germinados, berros, 1 cucharadita de piñones y zanahoria rallada. Aliñar con salsa de yogur desnatado

200 g de pescado blanco

1 yogur desnatado

2 rebanadas de pan integral con lino

Quinoa real con verduras del tiempo aliñada con aceite de oliva, y un picadito de ajo y perejil