Adelgazar dietas

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Como pasar de la talla L a la talla M

El objetivo de muchas personas, tanto hombres como mujeres, no es la de adelgazar puramente, sino más bien pasar de una talla a otra para verse mejor y sentirse bien con uno mismo.  La satisfacción que da cuando vamos de compras y ver que hemos bajado una talla es algo que se puede comparar con el mejor de los placeres, pues es importante conseguir retos en la vida.

Desgraciadamente, estas situaciones en las que pasamos de una talla menor no se da comunmente, y quizás solo lo experimentamos cuando pasamos una enfermedad o momentos de mucho estrés. De forma natural podemos pasar de una talla a otra sin esfuerzos sobrehumanos, sin pasar por enfermedades poniendo en riesgo nuestra salud y sin esperar a que nos afecten los acontecimientos externos para vernos obligados accidentalmente a pasar de una talla a otra menor.

Una dieta equilibrada y sin excesos de grasa bastaría para conseguir nuestro peso ideal, pero a veces esto se hace muy pesado o necesitas de mucho tiempo. Mentalizate de que no existe otra posibilidad si no quieres poner tu salud en juego; una dieta equilibrada y un poco de ejercicio físico debería bastar para conseguir rebajar el volumen corporal y conseguir meterte en una talla M. 

A veces lo que mejor funciona es meterse de lleno en un proyecto con muchisima ilusión, puesto que ponemos en lugar preferente esta nueva satisfacción por encima del placer que nos aporta la comida o el picoteo entre horas. Montar una maqueta, meternos en una mudanza, reformar la casa, un poco de bricolaje, emprender un pequeño negocio, arreglos en el jardin, etc. Actividades que nos gusten, nos satisfagan y nos hagan olvidar un poco lo que tenemos en la nevera.

Otra buena idea es la de planificar el menú, pero no lo hagamos de manera semanal puesto que acabaremos aburriéndonos y saltandonos alguna comida. Lo ideal es planificar el menú de no más de dos días, y si nos gusta la cocina tenemos un punto a nuestro favor puesto que disfrutaremos de lo que hacemos a la vez que intentamos comer de manera saludable. Aunque pudiera resultar un arma de doble filo, puesto que si somos nosotros los que cocinamos en casa, podemos comer mientras se prepara el almuerzo, intentaremos no caer en la tentación y aliviar nuestro apetito con hortalizas crudas; zanahorias, tomates o una manzana.

Digo que la cocina es un punto a nuestro favor puesto que si dependemos de lo que nos haga nuestra pareja o nuestra madre en casa, siempre podemos venirnos abajo con platos que realmente no nos motiven; un plato de judias verdes hervidas nos lo venderán como un plato dietético ideal para perder una talla, pero nuestro cerebro nos estará enviando un mensaje muy aburrido y caeremos en el postre. Convertir ese plato en algo nuevo y mas divertido no cuesta nada, pues podemos convertirlo en una rica ensalada añadiendo unos tomates cherry, unos pepinillos escurtidos picados, aceitunas negras y una lata de atún natural.

No se trata de ponernos estrictamente a dieta, pues no estamos en situación de sobrepeso y sólo queremos vernos mejor con una talla menos. Lo importante es ser constante y aprovechar cualquier oportunidad de hacer algo de ejercicio; subir las escaleras de casa (aunque vivas en el octavo), tomarte tu tiempo para llegar a los sitios yendo andando o cogiendo la bici, aprovecha la limpieza del hogar para poner música y bailotear mientras pasas la aspiradora. Adelgazarás disfrutando y nunca será un martirio proponerte perder unos kilos.

Grasa abdominal

La grasa abdominal puede ocasionar patologías cardiovasculares muy serias, es conocida también por grasa visceral puesto que se acumula en el interior de la cavidad abdominal rodeando los órganos de esta zona. Tanto para combatirla como para prevenirla, los mejores medios son una dieta equilibrada y ejercicio físico al menos tres veces por semana.

Todos conocemos las pautas para llevar a cabo una dieta equilibrada, pues conocemos los alimentos beneficiosos y perjudiciales para nuestro organismo incluso mientras los estamos ingiriendo. Es por ello, que tan solo necesitamos un poco de fuerza de voluntad y ganas a nuestros objetivos, para que en el futuro nuestros hábitos no nos pasen factura.

La obesidad era conocida por los romanos como ''obesus'', que significa persona que tiene gordura en demasía. Se considera obesidad cuando la persona presenta un 20% por encima de su peso ideal según su edad, sexo y estatura. Como ya sabemos, no es una cuestión de estética sino que evitaremos problemas de salud importantes como enfermedades cardiovasculares, problemas articulares, diabetes, complicaciones durante el embarazo...

Se pueden diferenciar tres tipos de obesidad según la disposicion de ésta sobre nuestro abdomen:

1.- Obesidad de distribución homogénea o mixta. La grasa se acumula en su gran mayoría en la zona abdominal pero sin predominio de ninguna área concreta.

2.- Obesidad intraabdominal o androide. Frecuente en hombres, pudiendo ser subcutánea o visceral y causando trastornos del metabolismo de las grasas, hipertensión arterial, gota, diabetes mellitus tipo 2 y afecciones cardiacas, ya que el tejido adiposo tiene más actividad cuando se localiza en esta zona.

3.- Obesidad glúteo-femoral o ginoide. Frecuente en mujeres, puesto que la grasa se acumula en glúteos y caderas, pudiendo ocasionar trastornos de la circulación.

Para diferenciar los tipos de obesidad androide de la ginoide, recurrimos al Indice Cintura-Cadera (ICC) que relacional la circunferencia de la zona abdominal de la zona de la cadera. Con valores de <1 en hombres y >0.80 en mujeres se teme desarrollar patologías.

La grasa abdominal viene influenciada por la genética, pero los factores más importantes son los de hábito de vida inapropiada; alimentación rica en grasa e hidratos de carbono, vida sedentaria. Pero antes de ponernos manos a la obra con un plan de ataque es aconsejable hacer una depuración del organismo con el objetivo de eliminar las toxinas de nuestro cuerpo. Evitaremos las bebidas azucaradas y carbonatadas, el alcohol, las frituras, los chocolates, los dulces, etc., y aumentaremos el consumo de frutas y verduras de todo tipo, carnes blancas y pescados, beber dos litros de agua diarios para depurar el organismo. 
Por último, realizaremos ejercicio al menos tres veces a la semana, y el resto de días caminaremos de 40 minutos a una hora.

Cremas de verduras sin colesterol

Muchas veces ocurre que no sabemos que servir a personas que padecen de colesterol alto, pues bien hemos hecho una selección de algunas cremas bajos en colesterol, y como, estamos en Otoño tenemos que preparar nuestro cuerpo para el frío. Estas cremas suponen una buena cena o bien, un buen primer plato que podremos acompañar con un pescado a la plancha y una pieza de la fruta de temporada.

Crema de calabacín

Ingredientes: 2 puerros medianos, 6 cucharadas de aceite de oliva, 2 calabacines medianos, 2 cucharadas de harina, 1 vaso de vino blanco, 5 vasos de agua y sal.

Lavamos los puerros y las troceamos. Se incorporan a una cacerola con aceite y se rehogan unos 10 minutos. Mientras se cortan los calabacines y se ponen en la cacerola, inmediatamente incorporamos la harina y el vino blanco. Se deja que se evapore el alcohol durante unos minutos.

Entonces añadimos agua, un poco de caldo de verduras y dejamos cocer de 10 a 15 minutos a fuego medio. Una vez finalizada la cocción, se pasa por el pasapurés. Se sirve caliente en una fuente honda.

Crema de calabaza

Ingredientes: 2 puerro grande, 2 cucharadas de aceite de oliva, 200 g de patatas, 500 g de calabaza, 1 litro de agua y sal

Lavamos el puerro y troceamos. Incorporamos a una cacerola con el aceite. Mientras se dora, se lava y pelan las patatas troceandolas junto con la calabaza. A continuación, se añaden a la cacerola. Pasados unos minutos, se vierte el caldo y se deja hervir a fuego lento durante 40 minutos.

Por último, se tritura con la batidora y se añade un poco de aceite de oliva para reforzar el aroma de la crema.

Crema de espárragos

Ingredientes: 1 docena de espárragos  en conserva, 2 cucharadas de aceite de oliva, 1 cucharada de harina, 1 litro de caldo vegetal o agua, 1 clara de huevo, sal y pimienta.

Se cortan las puntas de los espárragos y se reservan. El resto se trocea. Acto seguido, se pone una olla al fuego con aceite. Se echa la harina removiendo bien para que se deshagan los grumos. Se introducen los espárragos troceados y se vierte la mitad del caldo. Se salpimenta y se deja que cueza a fuego lento unos 20 minutos.

Una vez que finalice la cocción, se retira del fuego y se añade la clara de huevo. A continuación, se tritura con la ayuda de una batidora eléctrica. En el caso de que la textura de la crema sea demasiado espesa, podrá rectificarse con el caldo sobrante. Se sirve la crema adornada con las puntas de espárragos que se habían reservado.

Crema de nabos

Ingredientes: 500 g de nabos, 500 g de zanahorias, 1 cebolla grande, 1 cucharada de harina, 1 vaso de agua, 6 cucharadas de aceite de oliva y sal.

En primer lugar, se lavan y se pelan las zanahorias y los nabos, troceándolos a continuación. En una cacerola con aceite de oliva caliente se echa la cebolla picada menuda y se deja que se dore. A continuación, se echan las zanahorias y los nabos, se espolvorea con la harina y se sala. Se mueve todo bien y se añade un vaso de agua. Se deja hervir a fuego lento durante 30 minutos.

Finalizada la cocción, se retira del fuego y se comprueba la sal. Por último, se pasa por el pasapurés. Se sirve todo en una fuente honda.

Crema de zanahorias

Ingredientes: 400 g de zanahorias, 200 g de patatas, 2 cebollas, 1 tomate, 2 cucharadas  de aceite, 1 vaso de vino blanco, 1 cucharada de margarina vegetal, perejil picado y sal.

Se lavan y pelan las patatas, las zanahorias, las cebollas y el tomate, retirando las semillas de este último, y se trocean. A continuación, se pone una olla al fuego con un litro y medio de agua, un poco de sal, aceite y el vino blanco. Cuando rompa a hervir, se añaden los ingredientes troceados y se deja hervir durante 1 hora.

Terminada la cocción, se tritura con la batidora hasta conseguir una crema bien fina. Si la crema fuera demasiado espesa, siempre puede aclararse con un poco de caldo vegetal. Por último, se añade la margarina vegetal para suavizar el sabor de la crema. Se sirve adornado con perejil finamente picados.

Alimentacion sana

Te proponemos algunos consejos sobre alimentación sana que, sin duda, aunque algunos de ellos ya conocerás no está de más repasar de vez en cuando las pautas para llevar una vida saludable, ¿Están presentes estos consejos en tu vida diaria?

Claves para una alimentacion sana

- Conviene consumir las frutas, las verduras, la carne, las aves y el pescado siempre frescos.

- La luz, el oxigeno del aire y el calor desintegran rápidamente las vitaminas. Por este motivo es mejor guardar los alimentos frescos en un lugar frío y protegerlos de la luz envolviéndolos en papel o introduciéndolos en recipientes. La pérdida de vitaminas en frutas o verduras siguen las siguientes reglas:

1. Guardar las frutas y las frutas y verduras en el compartimento reservado para ellas en la nevera y consumirlas en el transcurso de pocos días.

2. A ser posible, no colocar las frutas y las verduras juntas, en el mismo compartimento puesto que las mezclas de sabores pueden echarlas a perder.

3. No poner nunca las frutas de adorno en habitaciones cálidas.

- Los productos congelados deben proceder siempre de un congelador en buen estado (sin demasiado hielo).

- Debe observarse la fecha de caducidad de los productos empaquetados y de las conservas. Cualquier lata con la tapa curvada será rechazada, pues puede tener bacterias.

- Con el fin de evitar la pérdida de los minerales y de las vitaminas, los alimentos deben prepararse y cocinarse minutos antes de consumirlos.

- No se dejarán nunca en remojo los ingredientes que se limpian, se lavan y se cortan. Tampoco deben cortarse más de lo necesario.

- Para cada ocasión se escogerá la cacerola adecuada (con tapa que cierra bien)

- Es conveniente cocer los ingredientes siempre con poco líquido. Deben agregarse cuando el líquido hierva, con el fin de que los poros se cierren pronto.

- Para una alimentación correcta debe darse preferencia al rehogado breve con poca agua, o a la cocción al vapor con un cestillo o en ollas especiales. Debe utilizarse la cantidad de líquido estrictamente necesaria de una sopa o de una salsa.

- Debe evitarse las cocciones prolongadas.

Productos recomendados en una alimentación sana

La alimentación sana se basa en ingredientes recomendados sobre los que se pueden escribir libros completos, pero que nosotros te queremos resumir en algunos consejos:

Leche: Tomar leche, es decir calcio, es necesario en toda dieta equilibrada. Para los que padezcan intolerancia a la leche animal, se recomiendan las leches vegetales (de soja, almendras, arroz, avena,...)

Aceites: El aceite y las grasas son también un elemento necesario en nuestra dieta. Sin embargo, hay que tener en cuenta que es mejor ingerirlo crudo y de primera presión. Los aceites sometidos a altas temperaturas derivan en sustancias tóxicas para el hígado.

Sal: Como condimento siempre es mejor utilizar sal marina, tiene mayor proporción de potasio que la sal común y es más digestiva. no causa problemas arteriales y es la única tolerable en pequeñas cantidades por los hipertensos.

Harinas: Las harinas blancas o refinadas son menos recomendables para la salud pues están exentas de fibra. Las harinas integrales y, por añadidura, todos los productos elaborados con ellas proporcionan los hidratos de carbono necesarios y además contienen fibra.

Desayunos sanos y completos

Es la comida más importante del día, sin embargo suele ser la que menos tiempo empleamos en prepararla y menos cuidamos por las prisas que tenemos antes de ir a trabajar o llevar a los niños al colegio. Hay que prestar más atención al desayuno porque lo merece, pues es la energía que tomamos para tirar el resto de la mañana; no hay que excederse con la cantidad de calorías que vamos a ingerir pero tampoco podemos quedarnos cortos. La mezcla adecuada de cereales, leche y miel puede ser la solución para un buen desayuno sano y completo.

Ingredientes: 2 cucharadas de miel, medio litro de leche, 2 cucharaditas de avena en copos, 2 cucharaditas de germen de trigo, 2 cucharaditas de levadura de cerveza y una cucharadita de polen molido.

Llena un tazon con la leche, añade los cereales en la proporción y cantidad indicadas y agrega la miel para endulzar. Obtendrás un desayuno completo para mantenerte activa toda la mañana. Podrás tomar a media mañana una pieza de fruta si te entra hambre.

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